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Los Dioses del Olimpo y las relaciones arquetipicas de poder entre hombres y mujeres

  • Foto del escritor: Alza Tu voz
    Alza Tu voz
  • 1 sept 2020
  • 7 Min. de lectura

Actualizado: 22 sept 2020



Por: Ariadne Scarlett

Araujo Portillo




La mitología griega es una de las más ricas en anécdotas fantásticas, cuyos elementos no dejan de lado la fábula, la cual está cargada de simbolismos e ideas que conectan con la realidad en diversas situaciones.

Las leyendas y relatos que se narran si bien, son inciertos e incomprobables son constantemente reafirmados por la cultura y la tradición evidenciando un trasfondo moral y psíquico que corresponde al actuar del individuo bajo circunstancias análogas pero de carácter menos fantástico, esto se debe al alienamiento que cada individuo recibe, la sociedad se configura de tal forma que la implementación de un sistema jerárquico de valores y costumbres influyen en la cultura, el pensamiento y por lo tanto en los relatos, leyendas e historias moralizantes que surgen en el mar de anécdotas de toda civilización, y las cuales a su vez contribuyen a la perpetuación de estos valores y creencias como en un círculo vicioso.

Los arquetipos le dan entrada a la estandarización de cánones y modelos hegemónicos de belleza y conductas, los cuales tienen como función servir de ejemplo para que hombres y mujeres se adapten de forma precisa al modelo patriarcal de la sociedad. A menudo las diferentes religiones que han existido han contribuido con la propagación de estos modelos por medio de figuras arquetípicas y simbólicas de dioses y personajes aparentemente históricos, de esta forma han podido moldear lo que es una mujer buena y considerada como tal en sociedad o un hombre valiente, según los estándares de la época. Contamos por ejemplo con la figura de la Virgen María en la religión católica, la cual es a menudo descrita como una mujer de prominente belleza física y cuyo valor recae en la sumisión, abnegación y disposición para servir a otros sin expresar o imponer en algún momento la opinión propia, siendo ensalzada por su inhibición; el hecho de que estas características de la llamada madre de Dios se valoren, sin importar el confinamiento de María a la unidimensionalidad e inmanencia (la virgen, la buena, la santa como arquetipos de una mujer "valiosa") deja en claro la intención de promover ese mismo comportamiento entre las mujeres seguidoras del catolicismo, teniendo a María como fiel símbolo de lo que es para el patriarcado una mujer buena. Esta fórmula no cambia respecto a los mitos griegos, siendo aquí los dioses los principales arquetipos reuniendo en ellos conductas y comportamientos considerados ejemplares en el entorno social. A continuación abordaremos a algunos Dioses del Olimpo y las relaciones que cada uno poseía entre sí: Gea y Urano, una relación de poder y dominio del varón hacia la mujer. Según el mito, en el principio la única deidad elemental era Caos la cual engendró a Nyx la Diosa de la noche y Érebo la oscuridad, sin embargo el cielo y la tierra eran una mezcla uniforme y todo en cuanto había en el Universo se encontraba en desorden bajo el manto de Érebo. Pero no pasó mucho tiempo para que la vida comenzará a emerger, tras el nacimiento de Gea mejor conocida como madre tierra, esta le dio origen a las montañas, valles, ríos, selvas y todo en cuanto habita en ella, de su surgimiento y separación del cielo le dio origen a Urano su primer hijo, el cual era su igual en cuanto a poder y fuerza.

En el mito con el surgimiento del primer personaje masculino nacido de la diosa primordial de forma espontánea, ella pierde su capacidad de generar vida si no es con la intervención de Urano, con esta figura masculina que no se asume inferior por haber llegado de último o por ser desde un principio hijo y no padre (como usual figura de poder), se nos propone la idea de que por su virilidad y a virtud de su sexo le corresponde dominar y ser el subyugador en la relación. Es decir la fuerza y vitalidad generadora de vida de Gea se vieron coartadas tras la aparición de un varón al cual se le asigna un rol paternalista y despótico, dominándola por medio de la libertad sexual, pues en el mito se nos narra qué Urano como cielo estrellado estaba constantemente arriba de Gea, la cual no necesariamente se encontraba dispuesta a estos encuentros constantes, en algunas versiones se expresa incluso que la diosa estaba cansada del desbordado deseo viril de su marido. Podemos analizar el trasfondo de esta situación tomando como guía el complejo de Edipo, uno de los conceptos de la teoría freudiana que explica el deseo del hijo por poseer a la madre, mayormente en el ámbito sexual, pero en el caso de Urano con Gea su deseo también descansa bajo los anhelos del poder absoluto, ya que la misma Gea representa un obstáculo, pues no solo es su igual en poder sino que también es capaz de prescindir de la copulación y sin necesidad de varón puede generar vida, para lidiar con esta contradicción y justificar la inferioridad de Gea ante Urano en el mito se le desvirtúa de su independencia, volviéndola dependiente y pasiva ante los designios de Urano. Y de forma simbólica la libertad de la misma Gea se ve subyugada, pues no solo tiene que ceder ante los impulsos sexuales de su hijo/marido sino que también tiene que soportar dentro de sí a todos los hijos que concibe con este, el cual ha decidido que para preservar su poder y seguir siendo amo del cielo (su dominio natural) y la tierra Gea (su mujer) junto con los mares tiene que encerrar a su descendencia en el tártaro: el vientre de Gea, del cual no pueden salir, y aunque Gea sufra ante esta situación se muestra incapaz de imponer su voluntad. Según la historia, la Gea dominada no puede siquiera valerse por sí misma y cobrar venganza por el daño que Urano le ha causado, así y aunque esta sea su igual. Cronos, el falo como representante del poder:

La interpretación de este mito recae en la noción viril del patriarcado, en el cual el poder y quiénes pueden llegar a poseerlo deben de corresponder con el sexo masculino, siendo el falo el símbolo de esta superioridad. Cronos era el último hijo de Gea y Urano y junto a sus hermanos mayores permanecía encerrado en el tártaro, dentro de su madre la cual sufría por los constantes abusos de Urano, esto ocasionó el odio y resentimiento de Cronos hacia su padre y en especial porque este quería tomar su lugar y ser el nuevo gobernante absoluto por sobre todas las cosas. Es por ello que cuando Gea le propuso a sus hijos acabar con Urano, Cronos accedió sin titubear. La castración de Urano se llevó a cabo cuando este se aproximaba a ella para cubrirla, Cronos aparece y con una guadaña corta el miembro viril de Urano, es a partir de allí en el que según el mito cae el poder de este y se instaura un nuevo orden con la victoria de Cronos, pero el cual no cambia en esencia, ya que sigue tratándose de un patriarcado, en el que el máximo poder lo tiene una figura masculina, el cual somete y agrede para que sus designios sean atendidos. Y ante tal escenario, la situación de la diosa primordial Gea, no cambia, ya que ahora se encuentra bajo el yugo de su hijo, el cual al igual que su marido la tortura obligándola a que diese albergue en su interior a todos aquellos que no eran del agrado de este. Y al igual que Urano, Cronos tiene una relación incestuosa, pero en esta ocasión en lugar de encerrar en el vientre de su madre a sus hijos decide comérselos para perpetuar su poder. Zeus y Hera, el matrimonio como institución patriarcal: Cuando Zeus derroca a su padre Cronos, toma al igual que este el mando con la única diferencia que con sus hermanos Hades y Poseidón se reparten el dominio del cielo, los mares y las profundidades de la tierra posteriormente conocidas como el Hades o Inframundo. Cuando los dioses varones toman el mando se nos muestra que es hasta ese momento en el que Caos deja de estar presente y se establece un orden, de este modo se asocia la civilización, la cultura y el orden con la presencia masculina, pues bajo esta organización patriarcal es que surgen los hombres como tal (en el mito no existen mujeres en el principio, estas nacen a partir de Pandora) y la civilización, así que cada dios toma una responsabilidad dentro de este orden siendo así como las cosas funcionan. Zeus como símbolo de virilidad tiene que dominar en varios aspectos y eso incluye el sexual, toma como esposa a Hera su hermana, la cual es una diosa Olímpica pero carece de méritos y a diferencia de sus otras hermanas no posee poder o don alguno, lo que la hace una esposa mediocre, pues su única finalidad dentro del mito es la de ser la mujer oficial de Zeus sin desempeñar otro papel más que el de esposa. El matrimonio de Zeus y Hera es en esencia el modelo de matrimonio de hombres y mujeres dentro de una educación patriarcal, el cual no responde a una relación sana y equilibrada entre los sexos, sino que por medio de ambos dioses se nos muestra el arquetipo de marido paternalista al cual el matrimonio no le impide desenvolverse en el ámbito público o sobrellevar diferentes relaciones sexoafectivas con terceros, cosa que en el caso de la esposa significaría el repudio del marido y el rechazo de la sociedad en general, como en el caso de la diosa Afrodita la cual le engaña a su marido con el dios Ares, su marido al enterarse la humilla públicamente y todos los dioses y diosas se burlan de ella, reprochándole su infidelidad, es por ello que Hera es considerada la diosa de la fidelidad y el matrimonio, ya que en el mito es incapaz de dejar a Zeus y menos traicionarlo con otro dios, su arquetipo es el de esposa sumisa y dedicada la cual tolera las infidelidades del marido y se ensaña con las amantes y victimas de este. Es evidente el desequilibrio que existe entre ambos dioses en cuanto al matrimonio y su papel en el Olimpo, ya que Zeus es visto como un dios exitoso, al contar con varias habilidades, poderes y ser el dios regente tanto del Olimpo y como de la tierra y la humanidad, mientras que Hera viene siendo la sombra de este y su existencia gira al rededor de su marido. Zeus goza de libertinaje más fecundo con otros dioses y mortales, mientras Hera debe de resignarse a la fidelidad más casta, siendo su entorno el ámbito privado en el que permanece aislada. El matrimonio de ambos es la representación de una realidad inconsciente en el colectivo, ya que expresan de sobrada manera lo que se considera moralmente aceptable e inaceptable para cada sexo. Zeus el varón, en virtud de su sexo puede desentenderse de los prejuicios y las cuestiones formales pasando olímpicamente de la imposición social, ya que el hombre ha establecido la rigidez moral y la castidad solo para la mujer, mientras que para sí mismo puede actuar bajo el instinto y el deseo sin miedo al repudio social, ya que la sociedad y la institución del matrimonio están configuradas de tal forma que el hombre tiene los medios suficientes para desembarazarse de cualquier limitante.

Biografía:


- Shua, A., 2011. Dioses Y Héroes De La Mitología Griega. Buenos Aires.


- Mitología Griega, S.F.



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