El Ideal de Feminidad según Rousseau
- Alza Tu voz
- 23 sept 2020
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Por: Ariadne Scarlett Araujo Portillo

Durante siglos mujeres y hombres han sido definidos y socializados según modelos y estereotipos que corresponden a los roles de género asignados en condición del sexo de cada individuo, aún los más intelectuales no escapaban de esta especie de adoctrinamiento estructurado en el que el beneficiado siempre es el varón, no es de extrañar que en estos escritos y ensayos de prodigios, eruditos, filósofos y pensadores de toda índole se expongan argumentos sexistas cargados de misoginia, que buscan a toda costa justificar el rechazo hacia la mujer, unos de forma sexual como lo hizo Tomás de Aquino, otros intelectualmente como Platón al no considerarla con plena capacidad mental para, según él, "asuntos de varones", otros tantos de forma enteramente existencial como Schopenhauer o Nietzsche, y el aplaudido filósofo Jean Jeaques Rousseau no fue excepción.
Cabe destacar que sus obras siguen (hasta la fecha) siendo reconocidas y apreciadas entre círculos de intelectuales, tomadas en cuenta en cátedras de ciencias sociales y políticas, pero sobre todo siguen ejerciendo influencia en el pensamiento de muchos que deciden adentrarse en su filosofía.
En su libro "Emilio", Rousseau propone un cambio radical y a su vez crítica social de los valores contemporáneos, en el que Emilio sería el arquetipo de hombre ideal, el cual destruiría la tradición colectiva y según él, opresiva para el desarrollo del hombre, el cual se encuentra en un estado natural primitivo pero que deberá de ascender a un estado que le permita llegar a la libertad y autonomía en el seno social, sin embargo este ideal humanista no se aplica para las mujeres, Rousseau contempla la igualdad entre los hombres pero no la contempla para las mujeres, pues afirma que la feminidad es de una naturaleza baja y que a condicionante natural la mujer es incapaz en todo aspecto de ascender como el hombre, es por ello que propone el arquetipo femenino de Sofía, adaptado a la que según él es la naturaleza intrínseca de la mujer, la cual es descrita como un ser altamente emocional, dependiente y subordinado.
El Ideal de Feminidad que Rousseau contempla es contradictorio con su discurso de libertad e igualdad. Según Celia Amorós, el varón es concebido, no solo en la obra de Rousseau, sino también en la cultura patriarcal, como un elemento sustantivo, mientras que la mujer se caracteriza por ser un elemento adjetivo, es decir, el varón es un fin en sí mismo, es el sujeto esencial, mientras que la mujer es percibida como el medio, el suplemento, lo inmutable, lo otro.
Rousseau en cuanto a los temas en los que aborda a la Feminidad y la justificación del por qué es inferior a la masculinidad, pierde la estructura lógica de su discurso, ya que su ideal de hombre libre e independiente que se mueve en sociedad, es contrario a lo que nos muestra en su ideal de mujer, la cual está sujeta a la dependencia del hombre, y su entorno natural es el ámbito privado, lo que en resumidas cuentas nos indica que la libertad de los hombres para Rousseau depende de la esclavitud y subordinación de las mujeres.
Pues, ¿cómo se desenvolvería libremente un hombre en sociedad si no existiese alguien en sus sombras encargándose de los cuidados? ¿Serían igual de productivos los hombres si el trabajo no remunerado que genera el entorno privado estuviese en sus propias manos y no en las de las mujeres?
La respuesta a ambas preguntas es negativa, el ideal de Feminidad que Rousseau propone para la mujer es funcional a un patriarcado imperante en la cultura y sociedad, su modelo de hombre libre y autónomo se resquebraja con la emancipación y liberación de la mujer.
Fuente: Fundamentos del patriarcado moderno. Jean Jacques Rousseau. Autora: Rosa Cobo.
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